Inicio este post con una curiosidad cultural que he vivido en carne propia en estos últimos días: para decir sí, los búlgaros giran la cabeza de un lado al otro. Y para decir no, mueven la cabeza de arriba a abajo. Es decir, al revés de nosotros (y de la mayor parte del mundo). Pero las cosas son aún más complicadas. Como muchos búlgaros saben que en el resto del mundo la convención para el sí/no es al revés, es posible que al hablar contigo inviertan el movimiento de la cabeza. Puede ser muy confuso! Por eso, la clave es no prestar atención al movimiento de la cabeza, sólo escucha si están diciendo "Da" (Sí) o "Ne" (No). Aquí les dejo un brevísimo video con una demonstración de lo que estoy diciendo:
Hacia el fin de Europa
A una semana de haber llegado a Bulgaria, ya he completado más de la mitad del camino en este país y me encuentro a tan sólo tres días ciclista de la frontera turca y a siete de Estambul, la gran ciudad turca y excapital de los imperios otomano y bizantino. Ya he recorrido la mayor parte de Bulgaria, desde el extremo noroeste (Vidin) hasta el centro del país (Veliko Tarnovo). El clima no ha sido el mejor en los últimos días (o semanas); no recuerdo cuándo fue la última vez que vi el sol, y me he tenido que acostumbrar a pedalear a temperaturas de entre 5 y 10 grados centígrados, con un viento muy molesto (aunque ligero) en contra, y una niebla que persiste día tras día.
En ocasiones me he encontrado con obstáculos como este:
una carretera que parece cerrada pero que en realidad no lo
está. Sigue en obra, pero los autos la utilizan, porque no hay
alternativas. Más adelante tuve que empujar la bici en un
tramo de terracería...
Clima gris en ciudades grises al más puro estilo comunista.
En la foto Pleven, en el centro-norte de Bulgaria. Los
comunistas eran repelentes al color y al buen diseño.
Los usos de los husos horarios
Hasta ayer, mis días ciclistas habían sido muy cortos porque estaba atardeciendo a las 3 y media de la tarde. Y, por más que trataba, no podía iniciar mis días antes de las 9 o 10 de la mañana. De modo que tenía que conformarme con trayectos de entre 60 y 80 km diarios, terminando siempre a las 3 pm para encontrar un hotel antes del anochecer. Pero ayer sucedió algo que cambió drásticamente esta situación. Digamos que anteayer, antes de dormir, pedí a la recepcionista del hotel en Pleven que me despertara a las 7 AM al día siguiente, porque tenía un día muy largo (118 km) por delante, hasta Veliko Tarnovo y era importantísimo empezar la pedaleada temprano. Bueno, me fui a dormir tranquilo. A las 6 AM suena el teléfono, era el wake up service. "Gracias" le digo, y cuelgo. Pero no entendía: por qué diablos me habían despertado una hora antes de lo solicitado? Prendí la computadora y chequé en qué uso horario estaba Bulgaria y... caí en cuenta de que era yo quien había estado operando en un huso horario atrasado! Durante 6 días, viví preocupado por los tempranísimos atardeceres que iniciaban a las 3 PM. Ahora todo tenía sentido: al adelantar el reloj una hora, como correspondía, los atardeceres iniciarían a eso de las 4 PM, lo cual es más lógico en esta parte del mundo.
Lo anterior me lleva a la pregunta: ¿cuánto tiempo más hubiera tardado en darme cuenta de que mi reloj estaba 1 hora atrasado, si no hubiese requerido servicio de despertador? Este episodio me hizo ver que mis días y noches giran en torno a eso, la rotación de la Tierra, y son indiferentes a las convenciones de husos horarios. No necesito tomar trenes ni autobuses, no necesito llegar a citas ni me suelo quedar de ver con gente. Lo que me importa es saber a qué hora amanece y a qué hora oscurece. Iba a agregar que con esto puedo considerarme "libre del yugo del reloj" pero no, no es cierto. El reloj es esencial, justamente, para evitar que me agarre la noche en la mitad de la carretera.
Veliko Tarnovo
Me da mucho gusto el haber visitado finalmente Veliko Tarnovo (Велико Тырново). La vez pasada que vine a Bulgaria me quedé con ganas de venir a esta ciudad, una de las más bellas y turísticas de Bulgaria. Esta ciudad fue capital del 2o Imperio Búlgaro (1186-1394) y tiene una impresionante fortaleza en la cima de una colina. Bueno, toda la ciudad está construida sobre una serie de colinas, lo cual le da un aire muy escénico y pintoresco. La ciudad es agradable y me dicen que en verano se llena de turistas. Yo no he visto tantos, aunque sí he encontrado algunos leteros en inglés, lo cual es raro en esta parte de Europa. A continuación algunas fotos de esta ciudad:
La fortaleza real en Veliko Tarnovo
Lista de patriarcas de la iglesia ortodoxa búlgara durante el
Segundo Imperio (1186-1394)
Uno de los primeros letreros en inglés que veo en Bulgaria! VT es una de las ciudades más turísticas del país
Casas típicas búlgaras
Las afueras de Veliko Tarnovo
Viendo hacia el norte desde la fortaleza de Veliko Tarnovo
Edificios en el centro de Veliko Tarnovo
La ciudad está construida sobre colinas
Vista desde el Hostel Mostel
Conquistando la cordillera balcánica
Mañana tendré que superar el reto más importante de esta recta final del año: cruzar la cordillera balcánica, conocida en Bulgaria como Stara Planina (Стара планина: "vieja montaña"). Esta cordillera prácticamente divide al país en dos mitades, sur y norte, y no hay forma de evitarla. Voy a cruzarla usando la carretera E55, que te conduce al paso de montaña más bajo (paso de montaña es la cima de la carretera), a 700 metros sobre el nivel del mar (s.n.m). Quizá 700 metros no parezca mucho para mis lectores mexicanos (muchas de las ciudades más grandes del país, incluido el Valle de México, están ubicadas a múltiplos de esa altitud) pero hay que considerar un par de factores:
(a) Que voy a iniciar el día a unos 200 metros s.n.m., y el ascenso no será lineal sino que habrá subidas y bajas, con tendencia ascendente, durante 40 o 45 km.
(b) Que ya es fines de noviembre, y de por sí hacen temperaturas de entre 5 y 10 grados centígrados durante el día, en zonas bajas. A 700 metros seguramente hará bastante más frío, y probablemente bastante viento (helado).
Mapa topográfico de la cordillera balcánica (indicada en amarillo). Mañana la cruzaré de norte a sur, de Veliko Tarnovo a Nova Zagora.
A continuación el mapa de mi recorrido. En azul y verde, los lugares donde ya estuve. En amarillo, mis próximos destinos, hasta Estambul:
Luego de cruzar esta cordillera estaré otros dos días en Bulgaria antes de llegar a la frontera turca. Será emocionante entrar, ahora sí, al país que sirve de puente (geográfico y cultural) entre Europa y el Medio Oriente, Asia Central y el mundo islámico en general. Falta poco!
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