18 sept 2012

Los países planos: Bélgica y Holanda en bici

Tengo una relación de amor-odio con las colinas. Subirlas puede ser una experiencia difícil, a menudo llena de frustración y de fatiga muscular. En Escocia, los ascensos de montaña en las Highlands me obligaban a tomar descansos cada dos o tres minutos en tramos con inclinación de hasta 20% (es decir, asciendes 20 metros verticales por cada 100 metros horizontales). No hay nada más frustrante que subir una montaña a 5 km/h mientras los autos te rebasan a 50 o 60 kp/h (los automovilistas deben creer que soy masoquista). Pero la satisfacción de conquistar la cima es enorme, y obviamente es proporcional a la dificultad del ascenso. Y luego del ascenso, viene el descenso, que no hace sino exacerbar tu alegría desbordante.
Las montañas le dan sabor a la experiencia ciclista
Las montañas también son importantes por otras razones. En primer lugar, al subirlas tienes vistas panorámicas de las regiones circundantes. En segundo lugar, te permiten transitar de una región geográfica a otra -normalmente de un valle a otro- con cambios tangibles en el estado del tiempo, la vegetación, la fauna y el viento. Y en tercer lugar, las colinas -las subidas y bajadas- te permiten pensar en tu trayecto como una serie de pequeños retos, acompañados de recompensas inmediatas.

Ciclovía en Holanda. Una excelente infraestructura ciclista no
necesariamente se traduce en paseos interesantes... 


¿Qué tiene que ver todo lo anterior con mi viaje? Que Bélgica y Holanda, pese a ser los países más "cycle-friendly" que he visto hasta ahora (con la mejor infraestructura ciclista, y el mayor número de ciclistas en las calles y carreteras), son aburridos precisamente porque son países planos, sin colinas. Nunca había visto tantas ciclovías (literalmente, cada calle y carretera tiene una), pero nunca imaginé que pudiera ser tan aburrido pedalear en ellas! Son paisajes absurdamente planos, carentes de rasgos distintivos, "featureless" dirían nuestros vecinos del norte. Pedealeas cuatro o cinco horas en ciclovías al lado de carreteras muy transitadas, cruzando parques industriales, suburbios sin fin, campos monótonos (maíz, vacas, cebollas, trigo) y cuando llegas a tu destino te preguntas qué diablos hiciste todo el día. No, no les recomiendo viajar en bici en estos países, no es interesante, aunque moverse al interior de sus ciudades en bicicleta es una delicia (bueno, a veces hay tantos ciclistas que te pones nervioso, estás a punto de chocar con ellos en cada cruce y muchos van hablando por celular). 

Ahora estoy en Alemania, donde sí hay colinas. Mi experiencia en Bélgica y Holanda fue muy grata, pero pedalear en esos países no fue muy interesante. Iniciando en Dunquerque, Francia, visité (en este orden) Brujas, Gante, Bruselas y Amberes en Bélgica, y luego Rotterdam, Amsterdam y Utrecht en Holanda. Todos estos lugares valen la pena, y hay muchos otros destinos de primer nivel en estos países, pero transportarse en bici en ellos no es necesariamente una experiencia fascinante. He hablado con otros ciclistas sobre este tema y concuerdan conmigo, Bélgica y Holanda no son los destinos más emocionantes para recorrer en bicicleta. 

Observar la operación de los canales navegables y sus sistemas de exclusas
fue una de las cosas más interesantes en estos países. Hay una gran cantidad
de canales, construidos a partir de la Revolución Industrial en el siglo XIX, que
en ocasiones se comunican a través de sistemas de exclusas como el de la foto
para resolver las diferencias del nivel de agua. 
Bueno, ya hablé suficiente sobre la carencia de relieve de la topografía de Bélgica y Holanda, un hecho geográfico sobre el cual no pueden hacer nada. Pero ahora voy a reconocerles una cosa a estos países: son un ejemplo mundial en cuanto a promoción del uso de la bicicleta y de la movilidad sustentable. Nunca he visto países con una mejor infraestructura para ciclistas: ciclovías, señalizaciones (destinos de direcciones y su distancia, semáforos, etc), estacionamientos públicos (y gratuitos) para bicis en casi todas las calles, reglas de tránsito que favorecen al ciclista y lo protegen, y que son obedecidas por los automovilistas y peatones. Es realmente increíble que prácticamente todas las calles y carreteras cuenten con una ciclovía o un ciclocarril (o será que es algo muy sencillo, pero que a los gobernantes de casi todas las ciudades del mundo no les interesa realmente?). 


Gracias a esta infraestructura física y jurídica, Bélgica (cuando menos Flandes) y Holanda son dos de los países con mayores niveles de uso de la bicicleta para realizar trayectos cotidianos. Desde la infancia hasta la vejez, la gente en estos países usa la bici para ir a la escuela, al supermercado, al trabajo, a visitar amigos, o incluso para llegar a las fiestas, bares y discotecas. En estos países el uso de la bicicleta nunca ha sido estigmatizado o asociado a un bajo estatus social (en contraste con lo que sucede en México, donde mucha gente usa la expresión "pueblo bicicletero" para referirse despectivamente a un pueblo poco "moderno"). Quizá deberíamos aprender de ellos, antes de que sea demasiado tarde. 

Todo mundo en la bici! Amberes, Bélgica
Mapa completo de mi recorrido por Bélgica y Holanda, en forma de "S", con longitud total de aproximadamente 450 kilómetros:



View Bélgica y Holanda en bici in a larger map

3 comentarios:

  1. Ya no te tocó, Gabriel, pero en la Ciudad de México grupos de vecinos de la colonia Polanco generaron polémica al oponerse a la instalación de cicloestaciones del Ecobici en esa zona, con el argumento de que la bici nada más la usaban mugrosos que no son de esa colonia... Así que por favor deshazte de tu vehículo antes de regresar a esta elegante ciudad después de recorrer países de pobres (jeje). Gerardo

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    1. Mi estimado Gerardo! Apenas voy viendo tu comentario. En efecto, no estaba enterado de la polémica que mencionas! Pero no me sorprende, creo que muchas discusiones sobre transporte en la ciudad tienen un trasfondo de clasismo. Mientras no se aborde el tema del transporte desde la perspectiva de la calidad de vida y la igualdad, seguiremos con calles saturadas de vehículos privados, mal transporte público, y grupos de "pirrurris" que rechazan la movilidad sustentable...

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