19 mar 2012

Por el mundo en bicicleta II

Hace unos meses escribí sobre la posibilidad de viajar en bicicleta por el mundo. El arte de viajar en bicicleta, llamado bicycle touring, no es tan popular en México como en otras latitudes. En Europa, por ejemplo, los clubes de bicycle touring se remontan al siglo XIX. El Cyclists' Touring Club (CTC) de Inglaterra, fundado en 1878, es el club de este tipo más viejo del mundo, y actualmente uno de los más grandes con más de 70 mil miembros. En otros países europeos, y en las naciones desarrolladas en general, hay un gran número de asociaciones que fomentan los el bicycle touring. Este modo de viajar puede ser muy económico si uno está dispuesto a acampar regularmente y a cocinarse tus propias comidas. Yo voy a irme de bike touring en junio; voy a iniciar en Inglaterra y aún no tengo claro dónde o cuándo acabaré. Mientras tanto estoy intentando leer lo más posible sobre cómo viajar en bicicleta extensivamente. Actualmente leo una excelente guía de bicycle touring que encontré en Amazon.com: Bike Touring: The Sierra Club Guide to Travel on Two Wheels (USD 12 más USD 9 de envío). No asume conocimiento previo sobre bicicletas, y evita el tono tedioso y seco que es tan común en la mayoría de las guías de cualquier cosa. Si nunca has cambiado una llanta o siguiera arreglado una ponchadura (como yo) es un buen sitio para empezar.

Una buena bicicleta es suficiente para darle la vuelta al mundo. Literalmente. Cuando escribí sobre bicycle touring en noviembre hablé sobre el caso de Heinz Stücke, quien lleva 50 años viajando en bicicleta por todos los rincones del planeta. Pero también es posible darle una sola vuelta a toda velocidad, llevando la naturaleza humana al límite, tanto en el aspecto físico como en el mental. Esto fue lo que hizo en 2007 Mark Beaumont. Este joven escocés, nacido en 1983, le dio la vuelta al mundo en bicicleta en 2007. Recorrió 29,446 kilómetros en 194 días y 17 horas: toda Eurasia de París a Singapur, toda Australia y Nueva Zelanda, y todo Estados Unidos de costa a costa. Su distancia promedio diaria fue de más de 150 kilómetros diarios, durante 6 meses y medio! De este modo Mark impuso un Récord Guinness que posteriormente fue superado por Vin Cox, también británico. La hazaña de Mark fue seguida muy de cerca por la BBC británica, que elaboró un documental fascinante (mismo que pueden encontrar abajo). Aún si no les llama la atención la idea de viajar en bicicleta, creo que la historia de Mark Beaumont, narrada y filmada con la virtuosidad característica de la BBC, bien vale la pena un vistazo. El documental se titula The Man Who Cycled the World. También es un libro, pero no lo he leído. 


8 mar 2012

Bangkok en cuatro razones


Recientemente he escrito dos posts sobre experiencias que tuve en Bangkok en enero pasado. Uno, sobre Muay Thai -un arte marcial espectacular de Tailandia. Dos, sobre los lagartos gigantes del parque Lumphini.  Pero esta vez quiero comentar en términos más generales sobre Bangkok, que me resultó mi ciudad favorita de todo el viaje. A continuación 4 razones por las cuales Bangkok es una ciudad extraordinaria que bien merece una visita de varios días:


El impresionante Wat Arun, en las orillas del Chao Phraya

(1) Es una megalópolis segura de sí misma, cosmopolita, suficientemente exótica para resultar interesante y divertida a los viajeros occidentales pero con todos las comodidades y servicios que uno espera de una ciudad moderna y globalizada. Es verdad que es una ciudad enorme; la ciudad propiamente cuenta con 8.2 millones de habitantes, casi igual que el DF (que tiene 8.8 millones) y la población de toda el área conurbada es de casi 15 millones. Pero es en esencia una constelación de barrios y pueblos que crecieron codo a codo, reteniendo su carácter al tiempo que se adaptaban a las necesidades de la modernidad y el desarrollo. En este sentido, Bangkok es como el DF: una enorme ciudad que ha sabido conservar la enorme riqueza cultural e histórica de sus vecindarios. 

Chinatown en Bangkok: donde las calles, las banquetas
y los restoranes se fusionan en un mismo espacio

(2) Es una ciudad que hace un esfuerzo por ser amable para el visitante. Al llegar a Bangkok es fácil desplazarte y encontrar tu hostel o destino: los letreros en el aeropuerto, en las estaciones de Metro y en las calles están tanto en thai como en inglés. Y una elevada proporción de la población también habla inglés. La gente sonríe, te ayuda a cruzar la calle, te ayuda a ubicar tu hotel. Las autoridades de la ciudad, conscientes de la importancia del turismo para la economía del país, han hecho un esfuerzo por facilitarle las cosas a quienes vienen de fuera. Incluso los taxistas son amistosos y honestos; en Bangkok no encontramos taxistas que intentaran cobrarnos de más, casi todos utilizan el taxímetro y éste opera conforme a las tarifas establecidas. Definitivamente el DF tiene mucho que aprender de Bangkok en este respecto!



El increíble BTS, un metro elevado que cruza el centro de la ciudad.
Esto es transporte público de primera!

(3) La comida es excelente, barata y saludable. El Pad Thai (ver foto abajo) es sólo uno de tantos platillos deliciosos que combinan los tallarines, el arroz, los vegetales, la carne (res, pollo, cerdo), los mariscos y una infinidad de salsas y condimentos. Es difícil comer mal en Bangkok. Además, los niveles de higiene de los restoranes (incluso los más modestos) son muy elevados. Los tailandeses comen una dieta balanceada y es difícil ver personas obesas. Me gustó más la comida tailandesa que la comida camboyana o vietnamita. Y es igual o más barata.


Delicioso Pad Thai en el Saphaipae Hostel (Surasak BTS)
(4) Bangkok es uno de esos destinos globales que tienen algo que ofrecerle a todos. ¿Quieres visitar templos budistas? La ciudad cuenta con cientos o miles de ellos. ¿Ya te hartaste de los templos y ahora quieres ir de compras? No será fácil encontrar un mall con todas las tiendas que puedas imaginar. ¿Quieres variarle un poco a la comida tailandesa? También encontrarás restoranes de comida china, malaya, india, camboyana y occidental (incluyendo cadenas de fast-food). ¿Te hartó el bullicio de las calles y avenidas? Es hora de que des un paseo en bote por el río Chao Phraya, o que visites uno de los tantos parques de la ciudad. ¿Quieres ir a un museo en la mañana, visitar el palacio real por la tarde, y salir a un bar con música en vivo en la noche? No hay ningún problema -las opciones son virtualmente infinitas.Y por supuesto, Bangkok también tiene hostales de clase mundial: el Hostel Saphaipae es quizá el mejor hostal que yo conozco. No es tan barato (USD 10 la noche) pero juro que sus camas son las más cómodas de Asia! Todo está increíblemente limpio y ordenado. 



Ferry en el río Chao Phraya


Aeropuerto Suvarnabhumi, el más importante del sudeste asiático

 En resumen creo que, aunque Tailandia es definitivamente mucho más que Bangkok, esta metrópolis bien merece una visita de varios días. Es la capital del sureste asiático. Pocas ciudades en el mundo son tan sofisticadas, modernas, sencillas y antiguas a la vez. Bangkok ofrece una cara distinta a cada tipo de viajero, y casi siempre se trata de caras sonrientes y amables. Por supuesto, también hay personas que no disfrutan Bangkok -como la mayoría de las ciudades grandes del 3er mundo, padece problemas como la contaminación del aire, el tráfico, el ruido, cierto caos en sus calles y banquetas, etcétera. Pero sería exagerado decir que estos problemas impiden a los viajeros disfrutar todo lo que la ciudad tiene para ofrecer.