Cuando tomé la decisión hace un par de años de hacer un gran viaje de duración indeterminada, pensaba hacerlo como siempre lo he hecho, desde los 17 años: de mochilero o backpacker. Es un estilo de viaje económico, social, divertido, que te permite explorar con plena libertad la mayoría de las comunidades urbanas del planeta. La experiencia de backpacking gira en torno a instituciones urbanas como hostales, casas de huéspedes, restoranes, lavanderías, consulados, empresas de transporte y agencias de turismo. Con frecuencia, al centro de la experiencia de backpacking está el hostal: no sólo es donde dormimos, sino también el sitio para socializar, para informarte, para sentirte como en casa lejos de casa. Los hostales son un refugio de lo conocido y del confort, y no son pocos los backpackers que pasan más tiempo dentro de ellos (durmiendo y socializando) que visitando sus destinos. Con la globalización financiera y la llegada del internet a todos los rincones (urbanos) del planeta, los backpackers pueden recorrer el mundo, de ciudad en ciudad, cargando solamente un pasaporte y una tarjeta bancaria.
Mi plan original era recorrer el continente Euroasiático, de este a oeste (es decir, de Asia a Europa), a partir de diciembre de 2011. En marzo del año pasado compré un boleto de ida de México D.F. a Los Ángeles (216 dólares con Aeroméxico), y otro de Los Ángeles a Hong Kong (489 dólares con Air China, vía Pekín). La intención era dar una vuelta por el sureste asiático (Vietnam, Camboya, Tailandia, Laos, Singapur, Malasia), luego regresar a China y dirigirme hacia la provincia de Xinjiang (la más grande y menos densamente poblada, ubicada en el centro de Asia). Luego incursionaría en tres de las ex-repúblicas soviéticas centroasiáticas (Kirguistán, Uzbekistán, Turkmenistán) para después cruzar a Irán, y de ahí a Turquía y finalmente Europa a través de los Balcanes. Como backpacker, lo único que necesitaba era la certeza de que encontraría transporte de un punto a otro, y lugares donde hospedarme en cada uno de ellos. Además, claro, del tema de las visas -que son notoriamente difíciles de obtener para Irán y los países de Asia Central.
La ruta planeada (cancelada) para el viaje de backpacking 2012: 18 mil kilómetros por tierra, de Singapur a París
View Ruta Euroasiática de backpacking (cancelada) in a larger map
Este plan fue modificado en octubre, por razones laborales. No tuve inconveniente en posponer mi viaje algunos meses, a cambio de mejores condiciones laborales y oportunidades de desarrollo profesional. Además, sí acabé yendo al sureste asiático (como se puede inferir a partir de los posts de diciembre y enero) pero volví a México luego de 5 semanas para continuar trabajando. Fijé junio como la nueva fecha de salida para la expedición. En un inicio, pensaba en simplemente retomar el viaje donde lo había dejado, en el sureste asiático. Pero poco a poco, hablando con distintas personas, comenzó a atraerme la idea de viajar en bicicleta... y comenzar en Europa en vez de Asia. La idea del viaje, como escribí hace un par de semanas, es llegar de Europa al Lejano Oriente en bicicleta. Digamos, de París a Pekín. No llevo prisa, pero creo que es realista planear completar este recorrido en unos 12 meses.
Las razones
Viajar en bicicleta: tú, la naturaleza, y tus dos ruedas |
Una tercera razón para viajar en bicicleta es la posibilidad de retarte a tí mismo, ponerte a prueba en el plano físico y mental de un modo en que nunca lo has hecho. Estar en el sillín de la bicicleta día tras día, pedaleando incesantemente hora tras hora, casi siempre en solitario y sin tener acceso regular a los conforts de la vida urbana moderna no debe ser sencillo. Cuando emprendes un viaje de este tipo sabes que no todo será júbilo y diversión, que también habrá adversidad. Los elementos naturales, la mecánica de la bicicleta y tu propio metabolismo y fisiología te pueden hacer pasar momentos difíciles. Resolver estos problemas requerirá más fuerza mental que física. Estos problemas son una realidad tanto para los ciclistas inexpertos como para los atletas de élite. En su vuelta al mundo en bicicleta para romper el Récord Guinness, Mark Beaumont tuvo momentos de gran frustración y desesperanza, que lo llevaron a replantearse la utilidad de su viaje. Pero al final, casi siempre el tener que enfrentar la adversidad fortalecerá tu convicción y sentido de propósito. Estás ahí porque quieres, porque te quieres conocer mejor, porque confías en tí mismo. La satisfacción de completar un reto de este tipo debe ser única. Y si por alguna razón no logras alcanzar tu meta, no hay problema: te puedes reinsertar con relativa facilidad en el mundo que dejaste atrás, volver al confort de lo conocido y lo comprobado. Quizá lo importante no sea tanto el alcanzar tu meta tal y como la imaginaste, sino ponerte a prueba, retarte y aprender de qué eres capaz.
Las travesías ciclistas de Mark Beaumont, plasmadas en dos documentales de la BBC (The Man Who Cycled The World y The Man Who Cycled the Americas) han servido de inspiración para muchos cicloviajeros en todo el mundo. |
Interesante artículo, cabría mencionar que es probable más fácil conseguir el visa para Turkmenistán estando ya en Iran que tratar de hacerlo desde Uzbekistan. Desde Tehran te puedes dar la visa en solo 5 días en vez de 10 y los viajeros en Lonely Planet han mencionado que es menos común que tu visa sea rechazada. Han comentado que hacerlo desde Uzbekistan es posible, pero más problemático.
ResponderEliminarGracias por tu consejo! En efecto, mi intención es solicitar las visas de Turkmenistán y Uzbekistán en Irán. Aunque ahora no sé si voy a visitar a Irán, la tensión entre Israel e Irán continúa creciendo y quizá no sea la mejor época para visitar el país.
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